jueves, 27 de diciembre de 2012

Abandona cualquier esperanza de obtener frutos

Nuestra siguiente máxima es: "Abandona cualquier esperanza de obtener frutos". También podrías decir: "Renuncia a toda esperanza", o "Ríndete" o simplemente "Da". Cuanto más breve mejor.

Una de las enseñanzas más poderosas de la tradición budista es que, mientras desees que las cosas cambien, nunca lo harán. Mientras desees ser mejor, no mejorarás. Mientras estés orientado hacia el futuro, nunca podrás relajarte en lo que ya tienes o en lo que ya eres.


Uno de los patrones habituales más profundos que tenemos es el sentir que el ahora no es suficiente. Nos remitimos mucho al pasado, que tal vez fuera mejor que el ahora, o tal vez peor. También pensamos muy por delante, en el futuro, al que podríamos temer, siempre con la esperanza de que podría se un poco mejor que el ahora. Aunque el ahora esté yendo muy bien - tenemos buena salud, hemos conocido a la persona de nuestros sueños, acabamos de tener un hijo, o hemos conseguido el trabajo que deseábamos - siempre tenemos una profunda tendencia a pensar en cómo será más adelante. No damos todo el crédito a quienes somos en el presente.

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Mientras sigas queriendo ser más delgado, más listo, más iluminado, menos tenso, o cualquier otra cosa, vas a aproximarte a tu problema siguiendo la misma lógica que lo creó: no eres suficientemente bueno. La pauta habitual nunca se deshace mientras estés tratando de mejorar, porque abordas la situación con el mismo enfoque que la causó originalmente.


En el budismo hay una enseñanza afirmadora de la vida, y es que Buda, que significa "despierto", no es alguien a quien adoras. Buda no es algo a lo que aspiras, Buda no es alguien que nació hace más de dos mil años y que era más listo de lo que tu serás jamás. Buda es nuestra naturaleza intrínseca - nuestra naturaleza de Buda - y eso significa que, para crecer plenamente, tienes que comenzar a conectar con la inteligencia que ya tienes. No es que te vaya a ser transplantada cierta inteligencia. Si vas a madurar plenamente,  no debes estar aprisionado en el sentimiento infantil de que siempre tienes que protegerte o escudarte porque las cosas son demasiado duras. Si vas a crecer - lo que yo definiría como sentirte en casa en tu mundo, por más difícil que sea la situación -, es porque vas a permitirte alimentar algo que ya está en ti. Tu dejas que crezca, lo dejas salir, en lugar de escudarlo, protegerlo y mantenerlo enterrado en todo momento.


Alguien me dijo una vez: "cuando tienes miedo eso es Buda temeroso". Esto puede aplicarse a cualquier cosa que sientas. Tal vez estés enfadado. Estás fuera de control, lo ves todo rojo y lo siguiente que sabes es que estás gritando o lanzando algo o pegando a alguien. En ese momento comienza a aceptar de que eres un "Buda enfurecido". Si te sientes celoso, eres un "Buda celoso". Si tienes indigestión eres un "Buda con dolor de estómago". Si estás feliz eres el "Buda feliz", si estás aburrido eres el "Buda aburrido". En otras palabras, cualquier cosa que puedas experimentar o pensar es merecedora de compasión, cualquier cosa que puedas pensar o sentir merece que la aprecies. 


Por eso la máxima dice "abandona cualquier esperanza de obtener frutos". Los "frutos" implican que en algún momento futuro te sentirás bien. Esta máxima te orienta al presente. Si entablas una relación incondicional contigo mismo, eso significa ser el Buda ahora mismo, en el sitio, tal como estás.


Pema Chödrön, de su libro "Comienza donde estás"

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