lunes, 29 de enero de 2018

​ El Wu-Wei o No-Actuar, la Inacción. Significado real.

El concepto oriental de Wu-Wei, no-acción, inacción, que en occidente es tan a menudo mal interpretado es crucial para aquellos que están en el camino. Acerquémonos a su comprensión usando el lenguaje mejor adaptado a los trabajos espirituales : El Sanscrito.

En Sanscrito tenemos las dos palabras :
akarma = inacciónakarmak = sin hacer nada
​​

En la inacción no hay esfuerzo, es natural. Al contrario, si pretendemos estar sin hacer nada, hay esfuerzo. Cuando la gente se sienta a meditar están, en muchas ocasiones, tratando de no hacer nada. Y les resulta muy difícil, lo ven como algo inalcanzable. Y abandonan su práctica. 

Cuando estamos inactivos, por el contrario, no hay esfuerzo ninguno. La inactividad viene tras un proceso de relajación y abandono, no tras un proceso en el que intentamos imponernos a nosotros mismos algo, como la inmovilidad. 

La inmovilidad perfecta solo puede coexistir con una perfecta relajación, con un perfecto abandono en el tao, en la providencia, en el fluir de las corrientes cósmicas. Se llega pues al Wu Wei, a la inacción, a traveé del camino de la relajación y el abandono de sí mismo. No se llega a través del camino de la ciencia, la moral o la religión, o esforzándonos en algo. Simplemente relajación y abandono en el tao.

Esto no significa inactividad. Si el tao requiere de nosotros una actividad cualquiera, por supuesto la realizamos. Y en acción, respetamos la no-acción.

La flor, durante la floración está en Wu Wei, no hace nada, simplemente es una flor, y florece.

Si la flor tuviera una mente similar a la humana comenzaría a preocuparse y preguntarse: ¿De qué color serán mis nuevas hojas?. ¿Podría acelerar mi proceso con un poco de fertilizante?. ¿Dónde venden el fertilizante?.
¿Cuánto cuesta?. ¿Qué dosis debería emplear?.¿Seré mayor que la flor de al lado? Este árbol de ahí no me gusta, ¿cómo podría hacerlo desaparecer?. Etc, etc, etc. Y empezaría a intentar estirarse para engrandecer sus pétalos, y quizás aprendería tai chi para favorecer su proceso de crecimiento.


El humano crea muchas más entidades mentales que una flor. Y, dirige su actuación de acuerdo con estas entidades mentales, en muchas ocasiones en una dirección diferente a la del fluir del tao en ese momento. Esto genera karma. Es el pecado en la tradición judeo-cristiana. Si uno no actúa de acuerdo con el fluir del tao, está pecando. Y si uno trata de permanecer inmóvil durante 40 minutos y el tao le requiere para danzar de alegría, está pecando.
Por el contrario, cada vez que actuamos según el fluir del tao, eliminamos karma. Lo borramos.


Hay que dejarse poseer por el tao y actuar según sus requerimientos.
Hemos de ser como la flauta que ofrece su forma al viento para crear la melodía de la existencia.

Jorge Luis Altimiras Escuder

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