jueves, 29 de julio de 2010

El cuerpo, puerta al presente

Estar presentes, totalmente involucrados en el aquí y ahora, justo en este instante, es uno de los atributos fundamentales de un estado de Presencia. En ese sentido, cultivar el estar presentes para llegar a vivir en Presencia es fundamental. Somos seres tanto físicos como mentales, emocionales y espirituales, por lo tanto estar aquí y ahora incluye todos estos aspectos. Podríamos decir, que en realidad hay varios tipos de presencia, la física, la mental, la emocional y la espiritual y todas se combinan en Presencia.

Si estamos realizando una sencilla actividad como por ejemplo, lavarnos los dientes, estar aquí y ahora implica ser conscientes del movimiento de nuestra mano al tomar el cepillo de dientes, colocar el dentífrico en el cepillo, cepillarnos los dientes, sentir el sabor de la pasta en la boca, y todos los componentes físicos de la actividad. Pero también incluye estar conscientes de cómo nos sentimos, que estamos pensando en ese momento y más allá aún podemos ser conscientes de nuestro aspecto espiritual al realizar esa actividad. Por lo general no es de esta manera que vivimos, lo más frecuente es que nos cepillamos los dientes de forma automática, casi siempre absorbidos por pensamientos sobre algo que nos pasó o algo que haremos (pasado y futuro) dejando de lado la presencia física, la emocional y por supuesto la espiritual.

Debido a que la manera en que la mayoría de nosotros hemos sido educados y programados en el planeta, hay una gran tendencia a estar absortos en la esfera mental, en los pensamientos. Sin embargo, eso tampoco es indicativo de presencia mental porque la mayoría del tiempo, los pensamientos que rondan por nuestra cabeza no están centrados en los hechos tal como son delante de nosotros en este momento, sino en suposiciones, expectativas, juicios, sueños. Es decir, pasado y futuro y muy poca o ninguna presencia.

¿Cómo comenzar a estar más presentes? Una excelente forma de comenzar a generar más presencia es a través de la esfera física. Uno podría pensar que si lo que estamos buscando es la unión con el Ser, el cuerpo no es tan importante. Sin embargo, es a través del cuerpo donde se enfoca y concentra la entrada del Ser Divino que somos a este mundo. El cuerpo constituye una puerta importante y vital de entrada del Ser a la realidad y aprender a cultivar la presencia física comienza a dar resultados rápidos y efectivos en la tarea de reconectarnos con nuestro Ser. De hecho, es porque tenemos un cuerpo que podemos experimentar esta realidad y relacionarnos con ella de manera total. Sin cuerpo no podríamos estar aquí y ahora en nuestra experiencia humana.

Comenzar a practicar la presencia física es una excelente forma de comenzar a vivir en Presencia y al hacerlo, iremos experimentando beneficios evidentes, entre ellos mayor vitalidad en nuestro cuerpo en general, mayor apreciación de las sensaciones del cuerpo y de nuestro entorno, aumento de nuestro poder de concentración y enfoque y además nos comenzaremos a dar cuenta de la enorme diferencia que existe entre vivir presentes o ausentes de la realidad.

Una de las maneras de cultivar la presencia física es a través de colocar nuestro enfoque tanto en los estímulos interiores del cuerpo como en la percepción que hacemos del mundo exterior a través de nuestros sentidos y nuestro cuerpo. A continuación te presento una serie de actividades muy sencillas que puedes comenzar a realizar de inmediato. No necesitas de espacios especiales, ni dirección de otros, ni nada exterior, tu eres tu propio guía. Tampoco existen los aciertos y errores, solo sigue las indicaciones lo mejor que puedas. Simplemente se te pide que continúes con tu vida de todos los días, realizando las mismas actividades, pero haciendo un uso distinto de tu consciencia y tu poder de enfoque. En cualquier momento en que te acuerdes, sigue alguno de estos consejos:

- Toma consciencia de tu respiración. Como sea que estés respirando, siente el aire entrar y salir de tu cuerpo. Un consejo que Eckhart Tolle nos hace muy a menudo es que en repetidas ocasiones durante el día, nos preguntemos: ¿ estoy respirando aún? Y luego enfoquemos la atención en nuestra respiración. Este simple acto nos coloca de una manera inmediata en el aquí y ahora.

- Toma consciencia de tu cuerpo. Puedes comenzar colocando tu atención en tus pies e ir ascendiendo gradualmente. ¿Cómo sientes tus pies? Si estás parado ¿cómo percibes el contacto con el suelo? ¿Cómo es el contacto con el calzado? ¿Qué temperatura hay en tus pies? Mueve los dedos de tus pies y percibe como se siente. Trata de sentir tus pies tanto desde dentro como de los estímulos que vienen de fuera y se perciben en los pies. Esto mismo puedes hacerlo con cualquier parte de tu cuerpo y también con todo el cuerpo como un solo conjunto. No son importantes las respuestas que te des (por ejemplo, pesado, frío, suave, etc. ), lo importante es la percepción en sí. No te pierdas en descripciones mentales a tus preguntas, permite simplemente que las preguntas estimulen el enfoque sobre la parte del cuerpo en la que te estás enfocando.

- Cuando estés haciendo una actividad como caminar por ejemplo, enfócate en tu cuerpo. El movimiento de los músculos, el peso de tu cuerpo sobre el piso, la sensación en la planta de los pies, los brazos moviéndose, el contacto de la ropa con tu piel. Haz un recorrido de tu cuerpo en el acto de caminar.

- Cuando estás caminando en contacto con tu cuerpo, date cuenta que al mismo tiempo de que tu atención está en tu cuerpo, puedes percibir en los estímulos externos que llegan a ti, como la temperatura, el olor, los sonidos, lo que ves, el aire a tu alrededor. Es posible que al poner tu atención en los estímulos externos se inicie un parloteo mental, como que el olor es agradable o desagradable o que hace frío o calor y de pronto te acuerdas de que necesitas unas vacaciones y te imaginas en la playa. En ese momento ya no estás presente, pero que esto no te importe, deja esos pensamientos y coloca tu atención nuevamente en tu cuerpo. Cada vez que notes que perdiste la conexión con tu presencia física, simplemente regresa la atención al cuerpo. Cuando te das cuenta que no estás presente es porque recuperaste la presencia.

- Siéntate tranquilo y lleva tu atención a tu cuerpo y tu entorno. Cierra los ojos y vuelve a percibir tu cuerpo y los estímulos exteriores pero ahora sin el sentido de la vista.

- Ve a un lugar en la naturaleza, un parque, una playa o cualquier sitio y experimenta la presencia física y el contacto con tu cuerpo y tu entorno como lo hemos descrito.

- Cualquier actividad rutinaria que realices como cepillarte los dientes, bañarte, vestirte, lavar los platos, tender la cama, úsala como un acto para entrar en presencia física.

- Antes de dormirte, cuando ya estás en tu cama, toma unos minutos para entrar en contacto con tu cuerpo, recórrelo desde los pies a la cabeza, percibiendo completamente las distintas sensaciones en las distintas partes del cuerpo y percibiendo los estímulos que llegan a tu cuerpo desde el exterior.

Un componente importante de la presencia física es la respiración. Volvernos conscientes del acto de respirar es una manera muy poderosa de lograr la presencia física. Por su importancia le dedicaré uno o varios escritos a la respiración. Pero todos los consejos que se describieron anteriormente incluyen la respiración. Cuando nos hacemos conscientes de nuestro cuerpo, nos conectamos con la vida que somos y la vida y la respiración están íntimamente conectadas.

Cultivar la presencia física es un paso fundamental que nos facilita el camino para poder lograr también presencia mental, emocional y espiritual. Hacer estos simples ejercicios una y otra vez, y practicar el estar presentes en nuestro cuerpo, es un avance enorme en la tarea de encarnar al Ser que somos. Yo he experimentado, una y otra vez, que cuanto más presencia física hay en mí, me es posible sostener, aquí y ahora, más de la maravillosa y poderosa energía de mi Ser. Como dice mi querida maestra Peggy Phoenix Dubro, “la clave de la libertad es estar totalmente presente en tu cuerpo”.

Desde mi Presencia a la tuya, que son Una y la Misma,
En amor,
Vero

Verónica Hernández Simeonoff.
© Todos los derechos reservados, Julio del 2010

domingo, 25 de julio de 2010

¿Qué es Vivir en Presencia?

Me doy cuenta que cuando se lee el título “Vivir en Presencia”, puede resultar muy confuso. ¿Significa que vivo día a día? ¿En el aquí y el ahora? ¿Que estoy presente en todo lo que hago? ¿Que digo “presente” a la vida como le decía a la maestra cada mañana en el colegio? En realidad es todo lo anterior y mucho más. Vivir en Presencia (con mayúsculas) es un estado de consciencia, en el cual eres consciente de la totalidad de tu Ser (con mayúsculas) y estar presente en el aquí y ahora diciendo si a la vida, es una parte intrínseca del estado de Presencia.

Me gusta como lo explica Eckhart Tolle en su libro “El Poder del Ahora”. En una parte del libro Eckhart nos da una explicación del Ser:

“El Ser es la Vida Una, eterna, siempre presente, más allá de las miles de formas de la vida que están sujetas al nacimiento y la muerte. Sin embargo, el Ser no sólo está más allá, sino también profundamente dentro de cada forma como su esencia más íntimamente invisible e indestructible. Esto significa que es accesible a usted ahora como su propio ser más profundo, su verdadera naturaleza.”

Y más adelante nos dice:

“Cuando usted está presente, cuando su atención está completa e intensamente en el Ahora, se puede sentir el Ser, pero no puede ser entendido mentalmente. Recuperar la consciencia del Ser y permanecer en ese estado de “sentimiento-realización” es la Iluminación.”

Esto es el estado de Presencia, un estado en el cual la consciencia está completamente despierta a lo que en verdad somos, a nuestro Ser verdadero, con mayúsculas, en lugar del ser en minúscula que creemos ser y con el cual nos identificamos en casi el 100% de nuestra vida. Vivir en Presencia es manifestar nuestro Ser aquí y ahora, en este cuerpo que habitamos, con las circunstancias de vida que tenemos y caminando en este hermoso planeta.

Al hablarnos de la manifestación de la consciencia pura, Eckhart dice:

“Cuando usted se vuelve consciente del Ser, lo que ocurre realmente es que el Ser se vuelve consciente de sí mismo. Cuando el Ser se vuelve consciente de sí mismo, eso es Presencia. Y puesto que Ser, consciencia y vida son sinónimos, podríamos decir que Presencia significa la consciencia dándose cuenta de sí misma o la vida alcanzando la auto-consciencia.”

En nuestra vida, todos hemos experimentado este estado de Presencia por breves instantes, aunque no nos hayamos dado cuenta de lo que era. Son esos momentos en que hemos quedado sin aliento frente a la belleza de un paisaje, un atardecer, una flor, al mirar los ojos puros de un bebé. Son esos breves momentos en los que el tiempo parece detenerse y nos inunda una inmensa paz y júbilo, unido a un profundo estado de reverencia por lo que estamos viviendo. Lamentablemente ese estado no puede sostenerse y se disuelve, sin embargo, una vez que lo hemos experimentado, no lo olvidaremos. Ha quedado una huella, un registro de un tipo de frecuencia mágica que es imposible de borrar.

¿Es posible vivir en un estado continuo de Presencia y funcionando en el mundo? Yo creo firmemente que sí, ya estamos tan presentes como podemos estar en este momento y existe un enorme potencial en cada uno de nosotros para sostener aún más Presencia. Y creo que la nueva tierra que estamos creando, una tierra de paz, solidaridad, hermandad, integridad, abundancia y belleza, se fundamenta en el nuevo hombre, viviendo en Presencia, manifestando su Ser.

El estado de Presencia es equivalente a lo que se llama Iluminación, pero en lo personal prefiero no utilizar ese término porque siento que nuestros egos han querido hacernos creer por miles y miles de años que la iluminación es para unos pocos elegidos y es una especie de logro sobrenatural. Yo creo que la Iluminación, la Presencia, es posible para todo el que la anhela sinceramente en su corazón y está dispuesto a manifestarla.

También hemos leído muchas historias de personas que llegaron a la Iluminación de forma repentina, casi siempre después de un intenso sufrimiento en el cual el ego se rindió, dándole paso al Ser. La historia de Eckhart Tolle es así, sin embargo como él mismo nos dice, es posible una gradual iluminación, paso a paso. Comparto esta visión y creo que la Presencia puede irse desarrollando y acumulando día a día. Y eso es una magnífica noticia.

Este es mi viaje y estoy segura que también el tuyo. Buda decía que todo el que se interesaba por lo que era la iluminación, estaba destinado a la iluminación. Así que, hoy, aquí y ahora, damos el paso que nos corresponde dar en este momento de este viaje.

Gracias por caminar conmigo, y recordemos que no somos seres humanos con experiencias espirituales sino seres espirituales en una experiencia humana. Entonces, manifestemos el Ser que en realidad somos en esta, nuestra humanidad.

Desde mi Presencia a la tuya, que son una y la misma
Vero

Verónica Hernández Simeonoff.
© Todos los derechos reservados, Julio del 2010

sábado, 24 de julio de 2010

Regresando y más Presente


¡Parece mentira que ya pasaron más de dos meses sin actualizar el blog! Sin embargo hoy sentí profundo dentro de mí la urgencia de regresar a este pequeño especio de “Vivir en Presencia”. Y aquí estoy, sin saber mucho qué escribir pero permitiendo que desde lo profundo de mi ser surja lo que ha de ser compartido.

Este tiempo de aparente ausencia ha estado marcado por un intenso trabajo interior, guiado sobre todo por las enseñanzas de un libro excelente que he comentado en varias ocasiones, “El Proceso de la Presencia”, de Michael Brown. Mi historia con este libro es muy curiosa.

Cada vez que viajo a México, dedico un tiempo obligado y muy agradable además, para visitar algunas librerías. Es maravilloso poder ir a librerías que tienen una inmensa variedad de libros de todo tipo y además muchísimo más actualizados que en Venezuela. El año pasado, me encontraba paseando por los pasillos de la librería El Sótano, en Querétaro y, para mi sorpresa, ningún libro lograba capturarme. Eso era sumamente extraño, porque por lo general no compro uno, sino varios libros que luego no sé cómo acomodar en las maletas. Realmente me costaba creer que saldría de El Sótano con las manos vacías, pero un impulso interior me hacía volver una y otra vez a pasear por las mismas estanterías. Y de pronto sucedió que fui a tomar un libro para leer la contraportada y otro libro resbaló y la palabra “Presencia” brilló. Eso me hizo leer el título completo, El Proceso de la Presencia. Y eso si llamó mi atención.

Confieso que simplemente considerar que existía un “proceso”, algo lineal, relacionado con la Presencia, no lineal, llamó poderosamente mi atención. Compré el libro más para ver cómo era que a alguien se le había ocurrido plantear un proceso para llegar a la Presencia.

Mi camino consciente hacia la Presencia no comienza con este libro, es algo que tiene muchos años vivo en mí, desde que a mis 12 años comencé a leer libros de metafísica y aquello que llaman Divina Presencia llamó poderosamente mi atención. Siempre ha habido un anhelo secreto y todo amor en mi corazón por mi Divina Presencia. Y gracias también a mis andanzas por las librerías mexicanas, en el año 2003 ya estaba devorando los libros de Eckhart Tolle y poniendo en práctica sus enseñanzas. (Maestro de Maestros Eckhart, ¡te honro de aquí y ahora al infinito y más allá!).

El Proceso de la Presencia te plantea un trabajo de 10 semanas, a través del cual, de una manera suave, vas liberando bloqueos físicos, mentales y emocionales que te impiden estar más presente. Al ir siguiendo estas indicaciones, día a día, se produce una acumulación de presencia en ti. Si ya has trabajado tu ego y tus patrones y bloqueos limitantes y lees el libro, puedes quizás pensar que no hay nada que no sepas allí, aunque la manera que tiene Michael de exponer los conceptos, es simplemente brillante, ordenada, amena y profunda. Pero otra cosa es decir si y entrar en el proceso. Es magnífico y lo considero una herramienta de importancia fundamental para los tiempos que vivimos y para las personas interesadas en despertar su máximo potencial, el de Seres Divinos, Presentes caminando en este planeta.

Así que además de estar un tiempo viajando, es el Proceso de la Presencia lo que me ha mantenido fuera del blog por este tiempo. Muy buena noticia, ¿verdad? No hay nada más importante que estar más plenamente conscientes y presentes, cuando hacemos eso estamos apoyando a toda la vida en todas partes, mucho más que con cualquier otra actividad que podamos realizar, simplemente porque mi Presencia y la tuya son una y la misma y la compartimos con toda la vida.

Pero ahora, poco a poco se que viene otra etapa, la de compartir más en profundidad e intensidad lo experimentado, con el proceso y sobre todo con la Presencia y desde la Presencia. Así que este blog posiblemente entre en mucha actividad en los tiempos por venir, para compartir y expandir desde nuestro núcleo divino y verdadero.

El libro de Michael lamentablemente no se consigue aún en Venezuela, pero si están interesados lo consiguen en Amazon. Een mi página web hay un link en la página de inicio a través del cual van directo, mi página es www.reskarendaya.com

Desde mi Presencia a la tuya que son una y la misma, seguiremos conectados de corazón a corazón.
Vero
Nota: Me doy cuenta que esta entrada está siendo escrita y publicada cuando acaba de iniciar, según mi reloj, el Día Fuera del Tiempo del Calendario Maya... Feliz No Tiempo, Presencia Aquí y Ahora para todos.

Verónica Hernández Simeonoff.
© Todos los derechos reservados, Julio del 2010.
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