martes, 20 de marzo de 2012

Persona - Personalidad



P. Dices que no hay ningún otro, pero no puedes decir que no existen diferencias entre las personas. Yo tengo mi carácter y mis aptitudes así como otros tienen las suyas.

R. Tú vives en contracción, pensando en ti mismo como un individuo. ¿Dónde
encuentran significado los términos "yo" y "mío"? Cuando miras de verdad dentro de ti mismo, no puedes decir que el cuerpo te pertenece. Tú eres el resultado de dos personas y cada progenitor tiene dos progenitores y así sucesivamente. Toda la humanidad está en ti. Eres lo que absorbes. Comes hortalizas, pescado, carne y éstos dependen de la luz, el sol, el calor. La luz está relacionada con la luna y las estrellas están todas relacionadas entre sí. Nada hay personal en nosotros. El cuerpo está en orgánica relación con el universo. Está hecho de los mismos elementos que todo lo demás.

La composición de los elementos varía, pero esta variación es casi insignificante en los seres humanos. Puede que haya diferencias en estructura y color, pero la constitución y el funcionamiento son los mismos en todos nosotros. Nada hay de personal en el corazón, el hígado, los riñones, los ojos, los oídos o la piel, ni tampoco en los elementos que configuran los modelos de conducta, pensamiento, reacciones, cólera, celos, competición, comparación y demás. Son todos ellos los mismos estados emocionales.

Las funciones corporal-mentales en un sentido universal y el cuidado que ha de llevarse son los mismos en todos nosotros. Debes entender el cuerpo y cooperar con él. Es la ignorancia del mecanismo lo que crea conflicto. La investigación sólo puede llevarse a cabo en la vida diaria. Tu mente y tu cuerpo se reflejan en tu conducta desde la mañana hasta la noche. Tu atención debe ser bipolar, observando los campos interior y exterior.

Las relaciones son el espejo en el que se refleja tu ser interior. Sé consciente de que tú eres un eslabón en la cadena del ser. Cuando realmente sientes esto, el énfasis ya no está en ser individual y, espontáneamente, sales de tu restricción. Tú no vives en aislamiento, en autonomía. En el estar relacionado está el presentimiento de presencia. 

P. De modo que el individuo no existe como una entidad aislada. Pero, ¿no existe la personalidad como una parte única del todo?

R. La persona, en realidad, no es más que persona, máscara, pero la palabra ha llegado a convertirse en sinónimo de la idea del individuo, entidad separada y continua. La personalidad no es la constante que nosotros imaginamos.

En realidad, no es más que una reorquestación temporal de todos nuestros sentidos, imaginación e inteligencia, de acuerdo con cada situación. No hay repetición alguna en la vida y cada reorquestación es única y original como el diseño de un caleidoscopio.

El error está en identificarse con 
la personalidad, en conceptualizarla en la memoria y después tomarnos a nosotros mismos por esta colección de imágenes cristalizadas en lugar de dejar que nuestras emociones, percepciones y pensamientos surjan y mueran en nosotros. Estamos en el teatro, viendo nuestra propia obra en escena. El actor está siempre detrás de su persona. Parece hallarse completamente perdido en sufrimiento, en ser un héroe, un amante, un pícaro, pero todas estas apariciones tienen lugar en la presencia global.


Esta presencia no es una actitud desligada, una posición contempladora. No es una sensación de estar separado, de estar fuera. Es la presencia de la totalidad, amor, de donde todo nace. Cuando ninguna situación pide actividad, permanecemos en un vacío de actividad, en esta presencia.


P. Cuando ya no te identificas con la persona, ¿cómo afecta esto a la vida?


R.
Lo primero que notas es cuánto más ricas y profundas son tus percepciones. La comunicación se vuelve mucho más variada. Generalmente, seguimos unos modelos fijos de comunicación pero, cuando vivimos en apertura, aflora una gran sensibilidad, una sensibilidad con la que nunca soñamos.Cuando contemplamos lo que nos rodea desde la totalidad, nuestra estructura entera cobra vida.


Ya no oímos la música sólo con los oídos. Cuando los oídos dejan de captar el sonido para sí mismos, sentimos la música con todo nuestro cuerpo, el color, la forma, la vibración. Ya no pertenece a un órgano específico. Pertenece a todo nuestro 
ser. Esto crea una profunda humildad e inocencia. 


La humildad es la única comunicación verdadera posible. Uno vive entonces en una dimensión completamente nueva. Vivir con una personalidad es vivir restringido. ¡No vivas restringido! Deja que la personalidad viva en ti. Vivir en el entorno sin separación es de una gran belleza.


Jean Klein, de su libro ¿Quién soy yo? 


domingo, 11 de marzo de 2012

Libertad

El camino de la libertad consiste en desviar el énfasis de la persona superficial y variable al Testigo interior y siempre presente. - Nisargadatta.

¿Podemos apoyarnos en algo que cambia constantemente?, ¿podemos confiar en aquello que está sometido a cambio permanente?, ¿a qué nos podemos asir cuando la corriente del río nos arrastra? Se supone que tan sólo puede sostenernos algo que permanezca inmutable y no cambie.

El mar se mueve agitado en las superficies y sin embargo, a mayor profundidad, el movimiento es cada vez más tenue e imperceptible. En la conciencia de ser humano sucede lo mismo, cuanto más agitados estamos, más superficial es el nivel en el que nos encontramos. Por ejemplo, cuantas más diferencias vemos en los demás, en sus rasgos físicos, psicológicos y culturales, más en la superficie se encuentra el área del yo que distingue y diferencia. Por el contrario, en el momento en el que se ahonda hacia las capas de cebolla más profundas, los rasgos diferenciados dejan de tener tanto “peso” en la consciencia y sin embargo, los elementos comunes se tornan más visibles, algo que puede suceder cuando por ejemplo mirando a otro, vemos simplemente a un alma humana de este planeta. En ese estado de conciencia más profundo se vislumbra la unidad en la diversidad.

La experiencia de observación que nuestro testigo interno tiene al darse cuenta del flujo cambiante del vivir, es la misma en todos los seres humanos. En realidad, lo que cambia no es el veedor, sino lo visto. Los objetos vistos, es decir, todo lo que uno es capaz de ver y contemplar, aparecen y desparecen en la pantalla de la consciencia, pero no suponen lo inamovible y absoluto de nuestra existencia. Si vivimos identificados en la persona superficial y cambiante, subiremos y bajaremos por las olas de sus ritmos y corrientes. Lo único que puede servirnos de referencia y refugio es lo que no cambia, es decir, lo Absoluto. Y Eso está a nuestra disposición, simplemente deviniendo conscientes de esa mano inmutable que sostiene el péndulo mental y que, en realidad, supone nuestra verdadera identidad.

Cuando se va al cine, uno es espectador de una película cuyas imágenes están en cambio constante. El seguimiento atento de tales imágenes nos hace brotar rapidísimas emociones de agrado o desagrado. Y también comprobamos que tras salir del cine, aquellas imágenes ya se han esfumado efímeras. Miramos la calle, los rostros de los que pasan y cada estímulo visual sigue produciendo otras emociones y otras ideas. En realidad, la película mental sigue dentro y fuera del cine, tanto en soledad con nuestros propios pensamientos, como en compañía de otras personas.

¿Cuál es el elemento que no ha cambiado en todas las escenas, tanto las de dentro del cine como las de fuera de él?, ¿qué es lo que ha permanecido siempre igual?, ¿qué podemos considerar como absoluto dentro de esta corriente de relatividades y cambios que suceden en nuestra mente?

Sin duda, el Yo-Observación, el Testigo de todas esas experiencias y de todas las películas. El Yo que no cambia porque no es él quien piensa, sino que tan sólo observa a su mente cómo piensa. El Testigo que no siente, sino que observa lo que su cuerpo siente, el que no se implica, ni se confunde con lo “visto”. Un elemento neutral, la Consciencia, el Yo Soy que no crea contenidos, sino que tan sólo contempla la creación de contenidos. Una realidad que supondrá el próximo paso evolutivo de la humanidad: La identificación con el Ojo que ve, el Sujeto por excelencia. En este sentido, a la histórica pregunta, ¿quién soy?, algunos lúcidos responden: Un Océano de percepción consciente.

José María Doria, de su libro Inteligencia del Alma

jueves, 1 de marzo de 2012

Vivir en Presencia - Radio


Cuando estás presente, cuando tu atención está completamente en este momento, puedes sentir el Ser que en realidad eres, vibrante, pleno, pacífico y amoroso.

Vivir en Presencia – Radio

Un espacio donde exploramos juntos la conciencia de Ser
Todos los lunes a las 8:30 pm hora de Venezuela
(7 pm hora de México)
Por Reskarendaya Radio, la Radio con Consciencia
www.reskarendayaradio.net


Te invito a participar en mi nuevo proyecto, Vivir en Presencia – Radio. Un proyecto que danzaba a mi alrededor desde hace mucho tiempo y logró su anclaje en este perfecto momento del ahora.

En esta conexión semanal compartiremos temas de crecimiento y desarrollo de conciencia con la profunda intención de despertarnos a la realidad de nuestro Ser verdadero. Es un programa de todos, de la conciencia infinita y te animo a que participes y sigamos creciendo juntos.


En armonía y paz,
Vero

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