miércoles, 7 de diciembre de 2011

Presencia

Si, por inadecuadamente que sea, la iluminación pudiera ser descrita en término de cualidades, las veo como amor incondicional, compasión, tranquilidad y alegría sin causa. La existencia en el tiempo es sólo un reflejo de esas cualidades, y mientras mantengo y alimento mi creencia en mi identidad separada, sólo puedo expresar un reflejo de esas cualidades y no su esencia.

Mientras no se quién soy, estoy extraviado.

Sin embargo, la iluminación tiene otra cualidad, que es el puente entre lo atemporal y mi sensación de separación ilusoria. Esa cualidad es la presencia. La presencia es nuestra naturaleza constante, pero la mayor parte del tiempo estamos interrumpiéndola al vivir en un estado de expectativa, de motivación o de interpretación. Nosotros no estamos casi nunca en casa. Para redescubrir nuestra libertad, necesitamos que estas proyecciones se vayan y permitir la posibilidad de la presencia. Su descubrimiento real, o nuestro acceso a ella, sólo puede hacerse dentro de la esencia de "lo que es". Aquí es donde reside la vida espontánea y donde podemos dar la bienvenida abiertamente a lo desconocido.

Sólo aquí, simplemente en la conciencia presente de "lo que es", puede haber liberación de la autoimagen.

Vivir apasionadamente es abandonar todo por la maravilla de la presencia sin tiempo. Cuando tenemos suficiente coraje para permitir esto, repentinamente redescubrimos que somos la única fuente de todo.

La presencia no ha de ser confundida con "ser aquí y ahora", lo cual es un proceso continuo del sí mismo separado y no tiene ninguna relevancia directa para la liberación.

La presencia es una cualidad de bienvenida, de conciencia abierta que se dedica simplemente a "lo que es". Todavía puede haber alguien que es conciente y hay también eso de lo que es conciente, el sonido del agua que corre, el sabor del té, la sensación de miedo, o el peso y la textura de sentarse en la silla. Y entonces puede haber un desprenderse de ese alguien que es conciente, y todo lo que queda es la presencia. Todo esto es totalmente sin juicio, sin análisis, sin el deseo de llegar a una conclusión o de devenir en algo. No hay ninguna expectativa. Hay simplemente "lo que es".

Al comienzo, es suficiente dejar que la conciencia se dedique a "lo que es". Desprenderse de ese alguien  que es conciente es algo que puede ocurrir fácilmente a continuación, pero no puede ser nunca una tarea.

Yo no puedo "hacer" la presencia, simplemente porque "soy" la presencia. De modo que no hay ningún procedimiento que aprender, porque no puedo aprender u obtener algo que ya soy.

La presencia es totalmente sin esfuerzo y está más cerca de mi que respirar. La presencia sólo puede ser admitida y reconocida. Lo que tiendo a hacer la mayor parte del tiempo es a ponerla a un lado o interrumpirla.

La existencia no sería si no fuera por la presencia. Yo soy presencia y usted es presencia. Si nosotros no estuviéramos presentes, la existencia no sería. La presencia emana de la fuente de todo lo conocido y desconocido. Y eso es lo que nosotros somos. Nosotros somos la única fuente de nuestra propia creación.


Tony Parsons, de su libro "Lo que Es, El Secreto Abierto a una Vida Despertada"
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