Una amiga me mandó por email una hermosa historia que quiero compartir. Nos muestra de una manera sencilla cómo al perdernos el momento presente, perdemos lo más valioso, lo real, que simplemente está aquí y ahora, siempre disponible. Desconozco el autor. Que lo disfrutes! y tu corazón se abra de par en par a cada una de las piedritas de tu camino, momento a momento, allí está el tesoro que tanto anhelas.
"Cuenta la historia, que en cierta ocasión, un hombre caminaba por la playa en una noche de luna llena. Iba pensando de esta forma: "si tuviera un coche nuevo sería feliz...", "si tuviera una casa grande sería feliz...", "si tuviera un excelente trabajo sería feliz..", "si tuviera la pareja perfecta sería feliz...". Y entonces tropezó con una bolsa llena de piedras.
Comenzó a arrojar las piedritas una a una al mar mientras seguía caminando absorto en sus pensamientos y se repetía "si tuviera.... sería feliz".
Así lo hizo hasta que solamente quedó una piedrita en la bolsa, y decidió guardarla.
Al llegar a su casa, se dió cuenta que aquella piedrita era en realidad ¡un diamante muy valioso!
¿Te imaginas cuántos diamantes arrojó al mar, sin detenerse a verlos, sin conciencia de lo que hacía? Así son las personas, arrojan sus preciosos teroros por estar esperando lo que creen perfecto o soñando y deseando lo que no tienen, sin darle ningún valor a lo que tienen cerca de ellas. Si mirasen alrededor, deteniéndose, percibirían lo afortunados que son.
Muy cerca de tí está tu felicidad, cada piedrita debe ser observada, puede ser un diamante valioso. Cada uno de nuestros días es un diamante precioso e insustituíble, depende de cada uno aprovecharlo o lanzarlo al mar del olvido para jamás recuperarlo."
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