Estudiante: Deshacernos de nuestro ego para experimentar la conciencia… ¿nos deshacemos de él como si fuera la piel de una naranja?
Adyashanti: Deshacernos de la piel sería algo así como tener un sueño en el que acudieses a un terapeuta, empezaras a sentirte cada vez mejor y creyeras que te estabas encaminando. El despertar es como si estuvieras en el sofá contando tu historia, hecho un lío, sin avanzar mucho, y te dieras cuenta, de pronto, de que todo es un sueño, que no es real, que te lo estás inventando. Eso es el despertar. La diferencia es enorme.
Estudiante: ¿Me lo he inventado todo?
Adyashanti: Absolutamente todo.
Pero la conciencia que está en ti no está soñando. Sólo sueña la mente. Se cuenta historias y quiere saber si estás progresando. Cuando te despiertas comprendes: “Vaya, es un sueño. La mente está creando un estado de realidad alterado, una realidad virtual, pero no es verdad, no es más que pensamiento”. El pensamiento podrá contar un millón de historias dentro de la conciencia, pero ésta no cambiará ni un ápice. Lo único que cambia es la sensación del cuerpo. Si cuentas una historia triste, el cuerpo reacciona. Y si te cuentas una historia de exaltación, el cuerpo se siente engreído, confiado.
Pero cundo te des cuenta de que sólo son historias, cuando salgas de la mente, del estado de sueño, experimentarás un gran despertar. Tú no te despiertas, lo que está despierto desde siempre se hace consciente de sí mismo. Tú eres lo que está eternamente despierto.
Adyashanti
(de su libro La Danza Del Vacío)
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