Si no piensas que eres aquello que se te enseñó a pensar como si fueras "tú", ¿quién eres tú? El secreto está abierto y el primer paso para alcanzarlo es percibir que todo lo que piensas e imaginas como si fueras tú, no eres tú. Para de imaginar y mira qué es lo que queda.
Aquello que eres no puede ser pensado y no puede ser imaginado, por tanto, no sirve de nada hablar al respecto. La única forma de acceder es a través de una investigación directa.
La mente, conscientemente, proyecta en el futuro tu encuentro contigo mismo. Pero, el pasado y el futuro no existen. ¿Cómo podrías estar "allá"? Eso me recuerda algo que leí el otro día. Uno de los discípulos de Gurdjieff, cuando le preguntaron al respecto de lo que había sido la más grande lección absorvida de su maestro, él respondió: "El me curó de mi imaginación. Paré de imaginar".
Imaginar significa contener una imagen. Una imagen es un objeto dentro de tu mente. Accedes a ella y a partir de allí pasas a moldearla, a remodelarla, a mejorarla o empeorarla - dependiendo de las circunstancias. Sin embargo, este objeto, la imagen-en-acción, sólo existe dentro de la mente.
La mente es un objeto observable más, así como todos los otros objetos observables. Ella intenta observar y tú crees que ella observa - la confusión, en ese sentido, es inmensa, porque observar no es un hacer y la mente jamás podrá comprender eso.
Para de imaginar todo lo que imaginas y mira aquello que eres, en toda su pureza, libre de toda y cualquier mancha causada por la imaginación. Y, dentro de esta propuesta, estate muy atento, encuentra un punto donde la imaginación simplemente no existe o, inclusive, donde ella no tiene el menor valor. No intentes parar de imaginar con la mente, ella tampoco puede hacer eso. Déjala imaginar y permanece atento a quien tú eres. Tú eres observación.
Satyaprem
satyaprem.blogspot.com (publicado en Facebook por Haridas Prem)
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